La cosa va de piratas. Así que cuidado con lo que decimos, porque existe una asociación que, además de defender los derechos de los autores y los editores musicales, tiene tiempo para demandar a todo aquel que ose cuestionar sus planteamientos. No es victimismo, sino la cruda realidad. Lo cierto es que hay que andarse con ojo.
Posiblemente no soy el más indicado para juzgar la obra y milagros de la-que-no-debe-ser-nombrada, porque no soy autor ni editor y no tengo el mínimo interés por la industria musical. Ellos tienen su negocio y yo tengo el mío. Yo hago programas y me pagan. En principio no tengo mucha relación con su mundo. Bueno, pues parece que sí…
Por razones profesionales y por puro placer, tecleo a diario cierta cantidad de código para diferentes programas informáticos. En mis ratos libres me encanta escribir sobre mil temas, hasta puede que empiece una novela. A veces hago fotos y me las paso al ordenador. También grabo vídeos. Mis aplicaciones suelen ser software libre, pero en todo caso tengo derechos de autor sobre ellas. Lo que escribo es propiedad mía. Mis fotos son mías. Mis vídeos son míos.
Una vez a la semana hago una copia de seguridad de todo, por si las moscas. Para hacer estas copias de seguridad de mis datos utilizo CDs grabables, los cuales adquiero legalmente. Sin embargo, pago un fijo a una organización privada porque al parecer hay personas que se dedican a copiar ilegalmente música sobre estos soportes. Esta organización estipula que es una compensación justa que ellos deben cobrar en nombre de todos los autores (incluídos los que ni siquiera representan).
Pues no lo acabo de ver. Muchas personas utilizan cuchillos jamoneros para matar. Un día me compré uno y no tuve que pagar un canon compensatorio para ayudar a las víctimas de los cuchillos jamoneros (que sin duda deben de ser muchas). La inquietud me invadió: ¿podía alguien reclamarme esa indemnización?
Preocupado como estaba, temiendo que me acusaran de asesinato por estar en posesión de un cuchillo jamonero de treinta centímetros, revisé la legislación. Existe algo que se ha denominado principio de presunción de inocencia, recogido en el artículo 24 de la Constitución, y que en la práctica impide que alguien me condene sin un juicio. De modo que ahora sí que no entiendo por qué me cobran un canon argumentando que usaré mis CDs para grabar música bajo derechos de autor… ¿no tengo derecho a un proceso justo que establezca mi culpabilidad? Me acusan por adelantado de un delito que no he cometido y me imponen un perjuicio económico. No sé como le sentaría a la gente que le cobraran una multa de tráfico al comprar el coche.
Otra pregunta que me hago, como ciudadano ignorante que soy, es de dónde emana el poder de la SGAE. Quiero decir, ¿cómo se regula su poder para imponer un impuesto o una sanción? Con mi desconocimiento de las leyes, todo puede ser, así me volví a la Constitución, esperando encontrar un artículo que dijera algo como “la SGAE tiene competencias en la imposición y recaudación de impuestos?. En su lugar, el artículo 133 viene a decir “la potestad originaria para establecer los tributes corresponde exclusivamente al Estado, mediante Ley?. Pues no sé yo. Sin saber mucho de leyes todo esto me parece un poco… cómo diría… irregular.
Así que al parecer, una corporación privada puede recaudar nuestro dinero, mientras viola nuestra presunción de inocencia, para compensar a sus asociados. Tras profundas meditaciones, he decidido crear la SGVCJ, Sociedad General de Víctimas de Cuchillos Jamoneros, que recaudará el 5% del precio de venta de cada cuchillo de estas características para compensar a las múltiples víctimas de estas armas. Da igual que quien lo compre insista en que lo utilizará exclusivamente para cortar jamón. Eso lo dicen todos. Asesinos.
Ains!
Cuanta razón tienes… reconozco que yo, en alguna ocasión, he descargado películas, series y/o música (a veces las 3 juntas), pero me sigue pareciendo una estafa en masa lo que hacen esos ladrones.
Se supone que tenemos (al menos teníamos antes de que untaran por última vez a esos politicos que dicen que hacen lo mejor por nosotros) derecho a copias privadas siempre que sea sin ánimo de lucro.
¿Entonces no es delito, no?
Tu lo comparas con cuchillos jamoneros (en broma) pero ellos lo comparan con tenedores para sacar ojos (en serio).
Son la mafia española del siglo XXI.
Este tema, como el de los israelíes contra el mundo, me saca de quicio, lo siento.
En mi opinión, estamos echando demasiadas culpas a la SGAE… Como señalas, hace su trabajo… No se dice lo suficiente que lo peor del caso es lo que indicas de pasada: el estado deja en manos de una sociedad privada la recaudación de una especie de impuesto (por supuesto, no es tal… sería «anticonstitucional») , y lo hace porque los que se dicen representantes de los ciudadanos, pagados por ellos, que, curiosamente, asisten como espectadores impotentes a sus subidas de sueldos y que nada pueden hacer para exigirles nada (creo que es la nueva definición de democracia) están de acuerdo en tal operación. ¡Triste!, pero es así…
Un artículo buenísimo!! Y una gran casualidad, ya que yo tengo otro artículo en la recámara sobre el mismo tema ;-) (aunque no sé si lo publicaré, porque no me convence mucho xD). En fin… tienes toda la razón del mundo. Y, claro, si es pa’ganar… yo me uno a la SGVCJ… puedo ser subdirector??
jaja, la foto del articulo te ha quedado que ni pintada!! :D
(y el articulo tambien!)
Veo que sigues dándole caña (muy bien dada) al temita.Me ha encantado tu artículo, a pesar del agotamiento físico y mental, ¡Enhorabuena! (Prometo escribirte pronto, no te me enfades) ;-)