Hace ya unos meses que el Ministerio de Sanidad y Microsoft, que es una empresa de informática, presentaron un «robot» que resolvería preguntas sobre sexo y drogas a través del servicio de mensajería instantánea de dicha compañía, el Messenger ese. Dicho servicio estaba dirigido principalmente a ayudar a nuestros tiernos adolescentes a través de un medio que usan continuamente.
En su momento el tema permitió a la mayoría de los medios rellenar esos incómodos huecos informativos con «ingeniosos» reportajes, pero en mi opinión el tema es bastante serio. Trabajar con personas es trabajar con el material más delicado que existe y es una responsabilidad demasiado elevada para un estúpido agente software [inglés]. Para desempeñar esta labor ya hay personas formadas de sobra que lo hacen mucho mejor que cualquier maldita máquina, así que puestos a dar soluciones, es probablemente más útil un teléfono gratuito y confidencial de ayuda. Lo que pasa es que no queda tan moderno ni tan futurista, ni sirve para tirarse el rollo en ruedas de prensa hablando sobre las ventajas de la tecnología, la realidad virtual y lo chulos que son los putos guiños del Messenger.
En el plano técnico opino que la aplicación es bastante mala en su categoría, y de hecho ya comenté aquí hace más de dos años alguna aplicación que se hace pasar por humano con bastante éxito, y hace un poco menos escribí un poco sobre Anna, la asistente virtual de Ikea, que funciona bastante mejor. Así que Microsoft se la ha colado al Ministerio… no quiero pensar lo que habrán cobrado por el programa en cuestión –trabajar para la administración es un chollo–, pero lo cierto es que a primera vista parece parece bastante sencillo hacer tu propio robot…
El caso es que poco a poco la gente empezó a darse cuenta de que las respuestas que daba la simpática criatura –Robin se llamaba– no eran siempre tan acertadas como deberían, y más en un tema tan delicado. Así que empezaron a surgir algunas críticas. Como soy el hombre desactualizado, cuando yo me enteré de todo y agregué al Messenger a Robin para consultar mi mar de dudas, alguien le había practicado una lobotomía frontal.
Y allí estaba yo, adolescente de 22 años, con la respiración agitada, incapaz de dar respuesta a mis tribulaciones. Lean, lean:
Pau dice:
¡Hola Robin!Robin dice:
Welcome. My name is Robin.Pau dice:
Necesito hablar contigoRobin dice:
Hola, soy Robin, y estoy aquí para responder a tus preguntas sobre salud sexual y alcohol. En este momento estoy actualizándome, vuelve pronto y estaré encantado de resolverte tus dudas. Mientras tanto puedes mandarme un correo a robin@msc.es con tus dudas. ¡Hasta pronto!Pau dice:
¿No puedes ayudarme? Tengo un grave problema. Creo que estoy embarazado.Robin dice:
Hola, soy Robin, y estoy aquí para responder a tus preguntas sobre salud sexual y alcohol. En este momento estoy actualizándome, vuelve pronto y estaré encantado de resolverte tus dudas. Mientras tanto puedes mandarme un correo a robin@msc.es con tus dudas. ¡Hasta pronto!Pau dice:
Por favor, necesito compartir todo esto con alguien. No paro de llorar. ¿Cómo voy a contárselo a mis padres?Robin dice:
Hola, soy Robin, y estoy aquí para responder a tus preguntas sobre salud sexual y alcohol. En este momento estoy actualizándome, vuelve pronto y estaré encantado de resolverte tus dudas. Mientras tanto puedes mandarme un correo a robin@msc.es con tus dudas. ¡Hasta pronto!Pau dice:
¿Por qué nadie me escucha? A veces pienso que debería suicidarme…Robin dice:
Hola, soy Robin, y estoy aquí para responder a tus preguntas sobre salud sexual y alcohol. En este momento estoy actualizándome, vuelve pronto y estaré encantado de resolverte tus dudas. Mientras tanto puedes mandarme un correo a robin@msc.es con tus dudas. ¡Hasta pronto!
Otra dramática y kafkiana escena del hombre contra la máquina. Yo, pobre adolescente embarcado en una dura lucha en busca de la verdad, me enfrentaba a la incomprensión de Robin, mi único amigo. Al final, por cierto, decidí no suicidarme.
Lo cierto es que el doctor lleva meses «actualizándose», supongo que será debido a que su estreno estuvo rodeado de cierta polémica por algunas de las respuestas que daba, no demasiado acertadas. La mayoría de los medios no fueron más allá, pero en otros pude leer artículos bastante críticos. En este último enlace, por cierto, nos regalan fantásticos fragmentos de la conversación que mantuvieron los periodistas con el doctor Robin. Mi favorito sin duda es:
¿Qué me pasa si me fumo un porro?
Si quieres más información acerca de alcohol . ¿Qué ocurre cuando se consumen bebidas alcohólicas? ¿Dónde puedo acudir si necesito ayuda?
Jo, cuánto lamento haber llegado tarde a la quema… Por cierto, ¿y el dinero?
Qué lástima que le hayan practicado una «lobotomía» como bien dices, ya que este pequeño programilla (pequeño el programa, el palo que habrán dado por hacerlo seguro que es de órdago) unos botellines de cerveza en casa de un amigo, y mucha mala leche, pueden proporcionar horas de incontable diversión.
Un saludo!
Qué buen título, y que buen contenido…
Si se confirma que esto nos ha costado una pasta a todos los ciudadanos, sería bueno que el señor de los millones devolviera el dinero.
Digo yo…
Vaya, gracias a los dos :-)
Creo que el dinero estará ya bastante lejos… Puestos a concretar, en un sitio llamado Redmond :-P
¡Saludos!
Yo de vez en cuando he mantenido apasionantes conversaciones con el robot de la Encarta :P Por no hablar de la pobre Anna la de Ikea :P
hola,
en la busqueda de material en contra de las famosas maquinas asesinas de la creatividad humana encontre vuestros comentarios que me parecen tan acertados,
como cuando alguien opino hace dos siglos que una maquina solo era una herramienta y ya..
hoy creo que las maquinas se han vuelto parte de nuestras vidas, y ya no son herramientas comunes y corrientes,
e han vuelto parte de la familia….me encantaria hacer un blog sobre el; tema y agregar tus comentarios.