Curso de ética ingenieril (II)

¿Qué eso del Curso de ética ingenieril? Su origen puede leerse en esta entrada

Dicho esto, empecemos poniendo los hechos en contexto. Estaba yo la semana pasada instalando los controladores de la impresora en mi terminal. Dormido, desprevenido y bastante aburrido (lo bastante como para leer las ventanitas de publicidad que aparecen durante la instalación…)

Cómo prever que a la vuelta de la esquina me esperaba esta fantástica pantalla…

hp.png

… en la que puede leerse el texto:

servicio técnico y asistencia HP apremiados.

Lo que está claro es que por lo menos son sinceros… Tienen prisa y lo dicen abiertamente. «No nos toques las narices con una llamada larga que tenemos cosas que hacer». Apremiados estamos, oyes.

Aunque bien mirado (imaginen estos mismos razonamientos a las nueve de la mañana), también puede ser que nunca han recibido un premio. Y lo proclaman a los cuatro vientos, quizás en un intento por ablandar las voluntades de quienes los conceden. Qué desesperación, pardiez. Apenado, pregunté a mi compañero si deberíamos galardonar nosotros a HP, pero no
nos pusimos de acuerdo. Por otro lado, el jefe se negaba rotundamente, argumentando que no podíamos premiar un servicio técnico que tenía tantas prisas en atender a sus clientes… total, un desastre.

Al final no hubo manera. Yo ese día volví a casa muy triste, pensando en los pobres técnicos de HP. La verdad es que no sé qué es peor: si andar con prisas todo el día o que encima de eso no quieran premiarte. Una pena…

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