Este iba a ser otro artículo hablando del iPhone, ese artilugio presentado por Apple este martes, pero creo que cualquiera a quien le interese el tema se habrá hartado de leer mil y una reseñas. El caso es que veo un sentir general que ha pasado de la expectación a la decepción, y he pensado que debía romper un huevo frito en favor de Apple.
En general, muchos usuarios tenían expectativas desmesuradas y muy poco realistas en cuanto a las capacidades del teléfono. Yo lo considero un buen producto, y posiblemente revolucionará el mercado, pero todo tiene sus límites. Por lo que he leído por ahí, da la impresión de que lo queremos todo: que tenga botones para no ensuciar la pantalla si tenemos las manos manchadas (¿quién usa el teléfono con las manos sucias?), que tenga una pantalla panorámica, que a la vez sea táctil (pero que no se pringue con nuestros dedos aceitosos)… que pese poco y que sea pequeño, pero también que la batería se pueda intercambiar (¿cuántas personas usan dos baterías para su teléfono?).
A pesar de ello la mayoría de las críticas o comentarios que he leído son bastante razonables, aunque otras dan la impresión de querer algo bastante complicado de lograr con los medios tecnológicos de que la humanidad dispone actualmente. No sé, pero si la capacidad máxima es sólo de 8GB es posiblemente debido a una limitación técnica. O si la batería dura poco no creo que sea por fastidiar. Me pongo un poco en la piel de un ingeniero manzanito y la verdad es que pienso que a pesar de todos estos inconvenientes que muchos señalan sigue siendo una máquina interesante.
Posiblemente cuando aparecieron los primeros móviles no eran los aparatos perfectos. Eran grandes, pesados, las baterías se esfumaban en pocas horas… sin embargo, y con el tiempo, se han perfeccionado en gran medida. Es de esperar que con el tiempo, el iPhone vendrá con 3G, dispondrá de más almacenamiento, de una cámara mejor… y se podrá usar después de freír sardinas sin lavarse las manos. Por último, no pienso que sea tan caro.
Apple se ha arriesgado diseñando un dispositivo verdaderamente novedoso y fresco, y tarde o temprano este riesgo dará sus frutos. Así que a fecha de 12 de enero de 2007, yo predigo solemnemente que de aquí a unos dos años se venderán iPhones como rosquillas y que los iPods nos esclavizarán. Mi huevo frito de cristal no falla nunca.
Volviendo al tema, hay muchos artículos en los cuatro blogs de siempre, pero puestos a concretar, recomiendo la lectura de dos de mi círculo de confianza: La keynote de San Francisco en Mactuina, y Año nuevo, mercado nuevo de Rcblog. También puede ser interesante leer la nota de prensa de Apple.
Actualización: otro artículo de la blogosfera cercana: iPhone en BlogHed.