Una simpática lectora (¡gracias, Misslucifer!) nos envía esta consulta:
¿Qué alcance tiene una red inalámbrica? Es decir, ¿si yo tuviera la mía desprotegida podrían mis vecinos que viven a nosecuantos metros parasitarme?
Actualmente, lo habitual es que las redes inalámbricas consten de una serie de ordenadores formando una Red de ?rea Local (LAN) y un router conectado a una línea ADSL. Todos los equipos que conectamos al router para compartir la conexión, tienen su tarjeta inalámbrica, y a través de ella consiguen conectarse al router.
Un router es una especie de pasarela que comunica nuestra red interna con Internet. Así, podemos tener dos o tres ordenadores en red (para poder compartir los archivos, por ejemplo) conectados al router. El router hace un poco de cruce de carreteras: todos los ordenadores pasan por él para comunicarse con el resto… También puede ser que tengamos una red inalámbrica sin salida a Internet, sencillamente una red local por ondas.
Bueno, ahora que sabemos un poco más de lo que hablamos, podemos entrar en consideraciones más complicadas. Si yo comunico dos ordenadores por cable, a no ser que alguien «pinche» físicamente el cable, la comunicación no puede ser interceptada. El problema viene de la conexión inalámbrica… y es que el aire es de todos… Así, no nos extraña que las redes inalámbricas tengan un problema tan serio en cuanto a la seguridad.
Una conexión inalámbrica puede cifrarse y protegerse con contraseña. El problema es que hoy por hoy, se utiliza el protocolo de cifrado WEP, que puede romperse con cierta facilidad. Sin embargo, ese no es el problema. El problema es que un gran número de las redes que se instalan se instalan «abiertas», esto es, sin cifrado y sin clave de acceso. Esto puede resultar muy cómodo al técnico de la compañía, que nos evita las preocupaciones al tiempo que se las evita él. La gente olvida las contraseñas, y tarde o temprano tendrán problemas, y llamarán al servicio técnico… no interesa.
El otro caballo de batalla, y ahora respondo a la pregunta, es el alcance. Una red convencional tiene un alcance que varía entre 20 y 200 metros, en función de si hay obstáculos (paredes, árboles..) y de la calidad de los dispositivos que utilicemos. En el campo esto no representa un gran problema, pero en las ciudades no podemos limitar nuestra red a nuestro edificio o a nuestro piso, así que tendremos que tomar otras medidas. De todos modos, la seguridad nunca está de más, por lo que, aunque pensemos que estamos a salvo, no va a pasar nada por activar el cifrado…
Vivimos en una sociedad con muy poca cultura informática, y ello provoca situaciones como ésta… Los instaladores prefieren ocultar esta parte oscura de la tecnología y persuadirnos de que todo es rosa, para que así contratemos sus servicios… pero eso ya es otra historia…