Robert James Fischer

Lo único que quiero hacer, siempre, es jugar al ajedrez.

Bobby Fischer

Hoy se nos ha ido una de las grandes figuras del ajedrez moderno, el genial Bobby Fischer, el primer y último campeón del mundo americano.

Bobby :'-(Muchos crecimos estudiando sus partidas, disfrutando con su fantástico juego y admirando su independencia. Fischer ascendió hasta la cima por sus propios medios, con agresividad, con una personalidad arrolladora que, desgraciadamente se quebraría años después.

En 1972 arrancó de manos soviéticas el campeonato del mundo en aquella mítica «partida del siglo» –de las que por cierto hay dos o tres al año, como decía mi entrenador– contra Spassky, en un ambiente increíblemente tenso y tras perder los dos primeros encuentros. Fischer se quejó por todo (los colores del tablero, las cámaras de la sala, el ruido…) y fueron necesarias complejas gestiones para que el torneo no se anulara. Finalmente, el americano se impuso con contundencia. Y luego, simplemente, desapareció.

En 1975 la FIDE (la Federación Internacional de Ajedrez) retiró a Fischer el título de Campeón por haberse negado a defenderlo frente a Karpov, quien fue coronado. En 1992 reapareció, gracias a algunos millones de dólares, para jugar una revancha amistosa contra Boris Spassky que se celebró en Yugoslavia. Sin embargo, este país era objeto de un embargo internacional, Fischer fue acusado de traición y añadido a la lista de fugitivos del FBI. En 2004 fue detenido en Japón, pero el gobierno de Islandia aceptó darle asilo político. Y allí vivió hasta hoy.

Como veis, una vida digna de una película… Tengo pendiente una entrada sobre el libro «Cómo la vida imita al ajedrez«, de Kasparov, acerca del cual ya escribí por aquí hace un tiempo. En el libro hay una pequeña biografía de Bobby Fischer de la que he extraído algunas ideas para esta entrada, y de la que quiero destacar un párrafo:

Sus dotes para el ajedrez solo podían compararse con sus dotes para la controversia, una combinación ideal o catastrófica, para la primera estrella occidental del ajedrez de la era de la televisión.

Garry Kasparov

Hoy se nos ha ido un genio del ajedrez de 64 años. Uno por casilla. No fue el mejor jugador, ni el más correcto desde luego. Pero gracias a su enorme espíritu de esfuerzo desarrolló una técnica prodigiosa que le llevó a lo más alto, donde quedará para siempre.

Feliz 0x7D8

Para la mayoría de los sistemas, las campanadas se reducen a incrementar el contador del número de segundos transcurridos desde el 1 de enero de 1970, y así seguirá siendo al menos hasta el 2038, siempre y cuando sobrevivamos a 2036 –que esa es otra–.

Para la mayoría de los humanos el tránsito requiere mayores ceremonias, aunque supongo que en el fondo todo se reduce a lo mismo: un contador, un dato, un calendario nuevo, después de haber recibido raudales de SMS genéricos con mensajes copiados y pegados hasta el infinito. Pero en fin. Este año me niego a hacer balance, todo ha sido demasiado confuso. Me niego a hacer planes para el futuro: es todavía más confuso. De momento creo que me conformaré con llegar a mañana.

Lo que sí me apetecía de verdad era desearos a todos que tengáis un feliz año. Gracias por estar ahí leyendo esto. Aunque la cosa ha decaído un poco –supongo que por mi nefasta regularidad– es fantástico saber que hay tanta gente al otro lado.

Que sepáis, malvados, que no me olvido de nada. Que llevo meses maquinando en silencio la vuelta del huevo frito. Que llevo meses calentando mis neuronas para que sean capaces de escribir sobre sus equivalentes artificiales, como en los viejos tiempos.

Un montón de ideas. Poco tiempo para llevarlas a cabo. Creo que, definitivamente esa es la mejor predicción que soy capaz de hacer sobre el año que comienza… Bueno, eso y que será bisiesto.