Nosolofraile

Atención: Este artículo fue publicado el 28 de diciembre, fecha en cual en España es costumbre gastarse bromas entre amigos o conocidos. Este artículo es una de esas bromas.

Creo que cada vez llevo peor la presión, y este año he tenido más de la que puedo soportar. Trabajar y estudiar es duro para cualquiera, y si en el tiempo libre tienes que dirigir una página sobre canis la cosa se complica.

Las clases son frustrantes. El trabajo agobiante. Así, las horas de sueño disminuyen al mismo tiempo que aumenta el número de cafés diarios. Un servidor que se cae. Un programa que no funciona. Una práctica entre medias. La contabilidad del año. Ponme un café con leche y hazme factura, Paco. Al final acaba uno queriendo matar a alguien.

El otro día estaba algo de los nervios, así que me metí en una iglesia a buscar poca cobertura y algo de paz interior. Y allí, en las tinieblas del templo, sentí una llamada, una voz interior. El cielo se tornó claro y un rayo de sol se coló por las vidrieras. Y entonces lo vi claro…

Estoy escribiendo esto desde mi celda en el monasterio de los padres dominicos en la Peña de Francia, en Salamanca, donde ingresé el viernes. Me han prometido un plato de comida y una cama a cambio de ayudar en la biblioteca, y a mí me ha parecido justo. El resto del tiempo lo dedicaré a hablar con Dios (lo cual después del Lisp parece sencillo), y a cuidar el huerto. Las vistas son una pasada y no hay vecinos.

Lo he pensado despacio y todo son ventajas. También voy a hacer voto de silencio, así que ni siquiera tendré que hablar si no quiero. Y lo de la pobreza, la castidad y la obediencia no me importa tanto. Hay cerveza.

Para que el mundanal ruido no entorpezca mis oraciones, voy a deshacerme también del ordenador, así que a partir de mañana este blog seguirá escribiéndose en un taco de folios que tengo en mi mesa. Se me ha ocurrido que os podéis suscribir por correo ordinario. Enviáis una carta al monasterio (indicad «RSS» en el sobre) y cuando publique un artículo os lo remitiré a todos por carta y esperaré los comentarios.

Et in terra pax hominibus bonæ voluntatis. A los otros que les den.

Inocente

Vandalismo cualificado (II)

Me encantan las contradicciones. Y siento una especial debilidad por las que surgen de los actos más o menos vandálicos en las formas que demuestran gran inteligencia en el fondo.

Escribo todo esto porque Misslucifer, una vieja conocida de muchos de vosotros, me acaba de enviar la siguiente fotografía, tomada hace unos días en Lisboa (¡gracias!):

Cuyo texto transcribo a continuación:

Tourists: respect the portuguese silence or go to Spain!

Creo que sobran los comentarios :-P