La rebelión de las vitrocerámicas

En mi casa toda la vida se cocinó con gas natural, así que he permanecido mucho tiempo ajeno al apasionante mundo de las vitrocerámicas, placas de inducción y demás fauna. El caso es que en el piso en que acabo de instalarme la cocina es eléctrica, así que me está tocando adaptarme a marchas forzadas.

La cosa no va mal del todo: de momento ya he conseguido que no se me quemen las patatas fritas. Aunque lo que peor llevo es la angustia que me produce el que pueda estropearse. La vitrocerámica ha conseguido lo que ni los rayones del iPod ni la batería del Mac habían conseguido: volverme paranoico. Pero lo superaré.

En fin, el caso es que el otro día me encontraba limpiando la placa en cuestión cuando, de repente, empezó a emitir un pitido intermitente mientras mostraba «er 03» en los indicadores luminosos1. Un error, con su código y todo, que se arregló reiniciando la vitrocerámica –como era de esperar–.

Cuando se me quitó la cara de sorpresa busqué el manual de usuario, y al parecer ese error está causado por la presencia de objetos o líquidos sobre los controles táctiles. Supongo que el propio líquido limpiador fue la causa del problema.

Nunca pensé que vería algo parecido… cualquier día se me cuelga y me quedo sin comer. En fin, maravillas de la ciencia moderna.

1: Esos indicadores luminosos, por cierto, se denominan «siete segmentos». Otro día hablamos de ellos.

Los 500 principales

TOP500.org es un sitio dedicado al análisis del panorama de la computación a gran escala, en donde dos veces al año se publica una lista con los 500 superordenadores más potentes del mundo en base a la prueba Linpack (una serie de cálculos bastante complejos que el ordenador ejecuta y que sirven para medir su potencia).

Actualmente el equipo más potente es el BlueGene/L, compuesto de 65536 nodos de cómputo duales (ahí es nada). Está en el laboratorio Lawrence Livermore, en Estados Unidos y tiene esta pinta:

imagen-1.png

España aparece (contra todo pronóstico) en noveno lugar gracias al equipo más potente de Europa, el MareNostrum. Este superordenador consta de «sólo» 10240 procesadores PowerPC, está ubicado en el Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona, y es así de bonito:

mare_nostrum_res.jpg

Viendo lo bonitos que los hacen estoy considerando seriamente adquirir uno de estos (suponiendo que quepa en mi piso). Además de lo genial que quedaría en el salón, creo que sería una solución definitiva contra quienes siempre aseguran tener un ordenador más potente que el mío.

Seguro que en uno de estos tira el Windows Vista ese. O el Firefox…

El síndrome de la batería

Hace tiempo que una buena amiga se compró un portátil, y dispuesta a hacer las cosas bien, me escribió pidiéndome consejo sobre cómo mantener la batería correctamente. Le respondí que, en realidad no tenía mucha importancia: hagas lo que hagas se irá degradando hasta que, sencillamente, morirá. O morirá antes el ordenador y el eventual esfuerzo habrá sido en vano.

Como me aburría decidí escribirle una historia que hoy he recordado gracias a este post de Mactuina, que publico a continuación y que resume mi opinión al respecto…

El síndrome de la batería

Ya está al 30%, me digo eufórico mientras observo mi cronómetro detenidamente. Creo que esta vez voy a conseguir que me dure cinco minutos más que la última vez. Arranco los tres programas que uso para monitorizar la descarga y descubro que la cosa pinta bien: uno predice que me durará un 101% más de lo previsto en fábrica, otro que el 110%, y otro el 104%. Saco la media con la calculadora y sonrío satisfecho: lo estamos bordando.

Hundido en el sillón, recuerdo cuando me compré el portátil nuevo y volví a casa. Me moría de ganas por enchufarlo pero supe resistirme a la pérfida tentación. Lo primero es ponerlo a cargar, para maximizar su primera carga. Después lo utilicé hasta descargarlo, con el noble objetivo de calibrarlo debidamente. Esa misma noche lo puse a cargar, y me puse el despertador a las 4:00 para ver cómo el piloto pasaba a verde y podía desconectarlo de la corriente eléctrica.

Y aquí estoy ahora. Con mi batería que dura casi seis horas. En realidad nunca viajo con mi portátil, así que en el fondo me da igual que dure o que no, pero es una cuestión de honor. Todas las mañanas lo uso hasta el 40%, algunos días un poco más para moverla bien. A las 12:00 lo pongo a cargar, lo justo para que después de comer lo tenga listo. Entonces lo apago, saco la batería y lo uso sólo con la corriente. Me acuerdo del día en que se me desconectó el cable y se me fue el trabajo a tomar por culo porque no tenía puesta la batería. En fin, un daño colateral: mi batería es más importante.

Precisamente hoy han venido unos amigos a casa y hemos organizado una pequeña fiesta. Les estoy enseñando orgulloso mi portátil, recién calibrado además. Llevo medio año con él y sólo ha tirado 10 ciclos de batería. Sin embargo he bebido más de la cuenta, y en un momento dado tropiezo y derramo sobre el teclado mi ron con cola. Mierda. El portátil comienza a chisporrotear, alimentado por los 5457 mAh originales de mi batería.

«Padece usted el síndrome de la batería», me dice con voz neutra y distraida el psiquiatra, mientras me remuevo inquieto en mi camisa de fuerza. Maldita sea, me digo. Para una vez que lo había conseguido… mierda.

Batería nueva (invita Apple)

Hace ya un par de meses que la batería de mi MacBook Pro comenzó a dar muestras de cansancio. Mal rollo. A mediados de abril, justo cuando iba a caducar la garantía, me puse en contacto con Apple para solicitar que me la reemplazaran.

Después de algunas llamadas me enteré de que mi batería no tenía un número de serie catalogado como defectuoso, y que tenía que llevar el ordenador al servicio técnico. Esto último no me lo podía permitir por la cantidad de trabajo acumulado, así que al final determiné quedarme con la batería tal cual, en espera de tiempos mejores. Total, creo recordar que una nueva costaba unos 100€, así que tampoco era para quemarse vivo.

Pero últimamente la cosa se estaba poniendo fea de verdad. La batería duraba apenas 20 minutos y el ordenador no detectaba cuándo se iba a agotar, así que se quedaba sin corriente y se apagaba (situación peliaguda donde las haya).  Y fue justo cuando me enteré vía Applesfera de que Apple había reconocido el problema y ofrecía un cambio de batería a los usuarios con problemas de este tipo, aún en el caso de que el equipo no esté en garantía y que la remesa de la batería no esté catalogada como defectuosa.

Así que el lunes, tras cercionarme a través de la web de soporte de que en efecto tenía derecho al cambio, llamé a Apple. La operadora que me atendió (en un perfecto hoyganés) no tenía ni idea de esto, así me tocó explicárselo varias veces «sí, estoy seguro porque lo he visto en su página web ¿quiere que le envíe el enlace?» y demás. Imposible razonar. Al final se enfada conmigo y mi insistencia (¡!) y me pasa a su supervisor para que me diga que estoy equivocado. Evidentemente no lo estoy, y este último –impecable, por cierto– comprende mi petición y realiza el pedido. ¡Ja!

Ayer martes recibí mi batería nuevecita en casa, sin más historias y sin tener que devolver la mía a Apple. Y funciona bien, así que vuelvo a disfrutar de batería nuevecita… Ahora sólo espero que esta entrada no se llene de comentarios como «HOYGAN LLO TANVIEN KUIERO UNA VATERIA NUEBA, ENVIEMELA A MI DIREKZION GRCIAS» y esas cosas que leo a veces (y que «olvido» en la cola de moderación…)

Creo que me llevaré unas piernas

Ya estoy de vuelta, un poco desbordado por la enorme cantidad de trabajo, de correo pendiente y de artículos sin leer que me esperaban. Creo que la próxima vez me llevaré el ordenador.

Como recuerdo de mi estancia en la maravillosa ciudad de Barcelona, una única foto (ya ven, estoy así de enfermo):

Cerebro de regalo

Creo que es un buen precio, ¿no? llevarte tantas cosas por 26 eurillos de nada. Quise entrar a preguntar si vendían también otras partes del cuerpo algo más atractivas, pero al final nada, creo que me quedaré como estoy. Una pena, porque las ingles brasileñas eran tentadoras…

No me fijé en el nombre del local, pero está en la Calle Dante. Se puede ir en Metro con la línea 5 hasta Horta.

Del Pentium a la Kriptonita

Quizá alguna tarde extremadamente aburrida se haya preguntado por qué los Pentium se llaman Pentium… lo cierto es que se trata de una historia muy curiosa que voy a contarles. Y la Kriptonita ¿qué tiene que ver en todo esto? Ahora lo sabrá.

Simplificando, podemos decir que los Pentium se llaman así porque no se puede registrar un número como marca. Intel, la empresa que fabrica estos procesadores, comenzó denominando con números (que paradoja) a sus micros. Los Pentium son descendientes de otros circuitos llamados 8086, que fueron los primeros procesadores fabricados e instalados de forma masiva en los PC. Desde que el 8086 apareció, Intel se dedicó a evolucionar este procesador, dando lugar primero al 80186 y más tarde a la gama 80286, o 286 para los amigos. Después vendrían el 80386 y el 80486. ¡Brrrrr, cuanto numerajo!

Sin embargo la dominación de Intel pronto sería puesta en peligro por dos empresas: Cyrix y AMD, que comenzaron a fabricar sus propias versiones de los procesadores de Intel. AMD fue proveedora de procesadores para IBM en asociación con Intel, desde el 8086 hasta el 80286. Cuando Intel lanzó el 80386 canceló los contratos con AMD y mantuvo ocultas las características del 386. AMD, lejos de amilanarse, lanzaría unos cuatro años más tarde su propia versión, llamada Am386. Hay una larga historia de demandas entre las dos compañías, que quedaron resueltas mediante un misterioso acuerdo del que no se sabe nada, y que posiblemente permitió a Intel y AMD compartir innovaciones en secreto sin pagarse sus respectivas patentes…

Lo cierto, y volviendo al tema, es que en el mundillo de la electrónica es práctica habitual que cada fabricante tenga su propia versión de un circuito, aunque a Intel debía molestarle que AMD y Cyrix se aprovecharan de sus éxitos. Esta última empresa siempre estuvo a la cola, tanto de AMD como de Intel, pero lograron cierto volumen de ventas diseñando procesadores algo más potentes que los de Intel, pero que podían colocarse en su lugar, por lo que tuvieron cierta difusión en el mercado de la reutilización.

Cuando Intel quiso sacar al mercado su 586, se pensó dos veces el tema de la marca, así que pensaron en denominar a su procesador con una palabra que pudieran registrar. Como era el quinto micro, se le ocurrió lo de “pent?, que es el prefijo del número cinco. Según se dice, se celebró un concurso entre los empleados de la compañía para decidir el nuevo nombre y ganó “Pentium?.

A partir de ese momento, AMD se consolidó como la única competencia seria de Intel, y lanzó su K5 unos dos años más tarde de la aparición del Pentium. La “K? viene de “Kriptonita?, que como sabrán es el elemento que debilita a Superman, en una clara alusión a lo que querían hacerle a Intel…

Actualización: HED nos comenta que hubo un modelo entre 8086 y 80286, llamado 80186 (se curraron el nombre, ¿eh?), y lo explica muy bien en su blog: 80186, ese gran desconocido. Ya lo he corregido en el cuerpo de la entrada. ¡Gracias!

Yo creo que no está tan mal

Este iba a ser otro artículo hablando del iPhone, ese artilugio presentado por Apple este martes, pero creo que cualquiera a quien le interese el tema se habrá hartado de leer mil y una reseñas. El caso es que veo un sentir general que ha pasado de la expectación a la decepción, y he pensado que debía romper un huevo frito en favor de Apple.

El abuelete tiene juguete nuevoEn general, muchos usuarios tenían expectativas desmesuradas y muy poco realistas en cuanto a las capacidades del teléfono. Yo lo considero un buen producto, y posiblemente revolucionará el mercado, pero todo tiene sus límites. Por lo que he leído por ahí, da la impresión de que lo queremos todo: que tenga botones para no ensuciar la pantalla si tenemos las manos manchadas (¿quién usa el teléfono con las manos sucias?), que tenga una pantalla panorámica, que a la vez sea táctil (pero que no se pringue con nuestros dedos aceitosos)… que pese poco y que sea pequeño, pero también que la batería se pueda intercambiar (¿cuántas personas usan dos baterías para su teléfono?).

A pesar de ello la mayoría de las críticas o comentarios que he leído son bastante razonables, aunque otras dan la impresión de querer algo bastante complicado de lograr con los medios tecnológicos de que la humanidad dispone actualmente. No sé, pero si la capacidad máxima es sólo de 8GB es posiblemente debido a una limitación técnica. O si la batería dura poco no creo que sea por fastidiar. Me pongo un poco en la piel de un ingeniero manzanito y la verdad es que pienso que a pesar de todos estos inconvenientes que muchos señalan sigue siendo una máquina interesante.

Posiblemente cuando aparecieron los primeros móviles no eran los aparatos perfectos. Eran grandes, pesados, las baterías se esfumaban en pocas horas… sin embargo, y con el tiempo, se han perfeccionado en gran medida. Es de esperar que con el tiempo, el iPhone vendrá con 3G, dispondrá de más almacenamiento, de una cámara mejor… y se podrá usar después de freír sardinas sin lavarse las manos. Por último, no pienso que sea tan caro.

Apple se ha arriesgado diseñando un dispositivo verdaderamente novedoso y fresco, y tarde o temprano este riesgo dará sus frutos. Así que a fecha de 12 de enero de 2007, yo predigo solemnemente que de aquí a unos dos años se venderán iPhones como rosquillas y que los iPods nos esclavizarán. Mi huevo frito de cristal no falla nunca.

Volviendo al tema, hay muchos artículos en los cuatro blogs de siempre, pero puestos a concretar, recomiendo la lectura de dos de mi círculo de confianza: La keynote de San Francisco en Mactuina, y Año nuevo, mercado nuevo de Rcblog. También puede ser interesante leer la nota de prensa de Apple.

Actualización: otro artículo de la blogosfera cercana: iPhone en BlogHed.

Resaca 1.0

Anoche mis sistemas orgánicos recibieron un ataque por desbordamiento de buffer hígado e inundación. El ataque comenzó a las 23:00 pero hasta las 3:00 no fue detectado por el servicio de monitorización, que necesitó tres horas para neutralizarlo e impedir la entrada de más datos alcohol en el sistema. Sin embargo, no se pudo evitar que secuencias erróneas circularan por la red local provocando fallos de procesamiento en los sistemas centrales.

El servidor central siguió funcionando gracias a la larga experiencia del equipo de mantenimiento en este tipo de crisis, si bien se apreciaban errores significativos en la operación. A las 6:00 se produjo una denegación de servicios y el servidor hubo de ser reiniciado para efectuar tareas de mantenimiento, las cuales se prolongaron hasta las 12:00.

La situación parecía resuelta, pero el equipo de soporte vital falló (por primera vez en todo el tiempo de vida) y los dispositivos de entrada y salida de datos comenzaron a comportarse de forma no previsible. Inexplicablemente, el sistema de entrada activó el protocolo echo [inglés] y comenzó a devolver al operador todos los datos que intentaban introducirse en el sistema. Asimismo, se producían cortes en la operación del servidor y diversos amagos de caída de los sistemas. El equipo hubo de ser reiniciado de inmediato, tarea que se prolongó hasta las 16:00.

A esa hora habían desaparecido la mayoría de los problemas, aunque persistían los fallos de entrada / salida y se detectaba cierta debilidad en la señal, debido posiblemente a la falta de alimentación. A las 21:00 se solucionaron los problemas en la entrada de datos y con ellos se subsanó la debilidad del sistema.

El equipo está preocupado por la situación pero confía en que la parada programada para hoy a la 01:00 solucione por completo la incidencia. Ya se ha acordado la instalación de un servicio cortafuegos que impida la entrada abusiva de secuencias nocivas en los sistemas.

Probablemente el sistema comienza a quedarse obsoleto, aunque confiamos en poder utilizarlo durante bastantes años…

Entendiendo la memoria (del ordenador)

En muchos cursos de informática, lo primero que nos dicen es que el ordenador tiene dos tipos de memoria: RAM y ROM. La RAM es volátil y la ROM es el almacenamiento duradero, es decir, el disco duro. Esto es radicalmente incorrecto, y no sirve ni siquiera “para entendernos?.

Así que vamos a aclarar qué son esos “tipos? de memoria, qué clases hay en un ordenador y en próximas entradas explicaremos qué significa eso de RAM y ROM.

En un ordenador suele haber, en efecto, dos tipos de memoria. En un alarde de imaginación las hemos denominado “memoria principal? y “almacenamiento secundario?, y a pesar de las apariencias, estos nombres son bastante descriptivos (¡sí!).

Seguro que sabe lo que pasa si no ha guardado su documento de Word y se va la luz, o si pega la ya famosa patada al enchufe al estirarse… perderá su documento casi irremediablemente. ¿Por qué?

La información con la que trabaja el ordenador en un instante concreto está siempre en la memoria principal. Esto es porque la memoria principal es una memoria muy rápida y muy sencilla de acceder, que permite al ordenador usar los datos grabados en ella a una velocidad muy alta. Esta memoria es compleja desde un punto de vista tecnológico, por lo que resulta cara, y por eso los ordenadores tienen poca instalada.

Normalmente, esta memoria, en los ordenadores actuales es de tipo RAM. Cuando un ordenador tiene “1 GB de RAM?, tienen una memoria principal capaz de almacenar 1 GB.

La memoria tipo RAM como la que tiene su ordenador consiste en muchos dispositivos capaces de almacenar un 1 o un 0. Esta información se mantiene en forma eléctrica, y a nivel físico, se conserva mientras el circuito dispone de alimentación. Es por esto que si tiramos del cable, el contenido de la memoria principal se borrará.

Sin embargo, está claro que necesitamos que nuestro trabajo perdure en nuestro equipo aunque lo apaguemos. Es por eso que nos tuvimos que inventar el “almacenamiento secundario?, que es el disco duro, la disquetera, la cinta, o una memoria de tipo USB. El almacenamiento secundario más utilizado en los ordenadores a fecha de hoy es el disco duro, y es donde guardamos la mayor parte de nuestra información.

Cuando abrimos un documento, éste se transfiere del disco duro a la memoria principal, y allí es donde lo utilizamos. Cuando lo grabamos, el documento vuelve al disco duro y allí se escribe, por eso si apagamos el ordenador entre medias, perderemos los cambios. ¿Por qué no se edita sobre el disco duro directamente? Porque se trata de un almacenamiento muchísimo más lento que la memoria RAM. Si usted fuera un ordenador, necesitaría unos segundos para escribir el documento en la memoria principal y un cuarto de hora para escribirlo al disco duro… Resulta más productivo modificar el documento en la RAM y luego pasarlo al disco, y además esta tarea no necesita ser supervisada por el procesador, por lo que se puede dedicar a tareas más importantes.

Esto lo entienden muy bien quienes usaron un ordenador antiguo, como un 8086. Estos ordenadores no tenían disco duro, de modo que se arrancaban con un disquete de 5’’. Una vez que el sistema operativo estaba cargado en la memoria principal (cabía entero), se podía retirar el disquete y editar un documento que tuviéramos en otro. Es un ejemplo de almacenamiento secundario sin disco duro.

La batería de 300 horas

No sé por qué tanto revuelo con las nuevas baterías HP que aguantan 10 horas o el nuevo sistema del MIT que logrará una autonomía de 15 horas (y no años, como dicen en Barrapunto…) son puras simplezas cuando uno compara con la que venía con mi MacBook Pro :-P. De hecho, yo mismo que me he dado cuenta esta tarde de que tiene una autonomía de ¡casi 330 horas! Ahí es nada… trece días de uso ininterrumpido y despiadado.

¿No se lo cree? Observe este detalle de mi escritorio:

bateria.jpg

La realidad es mucho menos bonita (¡ohhhh!) Se trata de una de esas cosas raras que hacen a veces los ordenadores. La historia es que ayer utilicé la batería hasta que casi se agotó, y a continuación la recargué. Al final del día tuve que volver a desconectar el equipo y nada más tirar del cable de alimentación me apareció lo que han visto… Apenas duró unos segundos, tras los cuales volvió a mostrar las cuatro horas a las que me tiene acostumbrado… :’-(Pero la imagen me pareció curiosa, así que no pude resistirme a capturar la pantalla para la posteridad :-P