En mi casa toda la vida se cocinó con gas natural, así que he permanecido mucho tiempo ajeno al apasionante mundo de las vitrocerámicas, placas de inducción y demás fauna. El caso es que en el piso en que acabo de instalarme la cocina es eléctrica, así que me está tocando adaptarme a marchas forzadas.
La cosa no va mal del todo: de momento ya he conseguido que no se me quemen las patatas fritas. Aunque lo que peor llevo es la angustia que me produce el que pueda estropearse. La vitrocerámica ha conseguido lo que ni los rayones del iPod ni la batería del Mac habían conseguido: volverme paranoico. Pero lo superaré.
En fin, el caso es que el otro día me encontraba limpiando la placa en cuestión cuando, de repente, empezó a emitir un pitido intermitente mientras mostraba «er 03» en los indicadores luminosos1. Un error, con su código y todo, que se arregló reiniciando la vitrocerámica –como era de esperar–.
Cuando se me quitó la cara de sorpresa busqué el manual de usuario, y al parecer ese error está causado por la presencia de objetos o líquidos sobre los controles táctiles. Supongo que el propio líquido limpiador fue la causa del problema.
Nunca pensé que vería algo parecido… cualquier día se me cuelga y me quedo sin comer. En fin, maravillas de la ciencia moderna.
1: Esos indicadores luminosos, por cierto, se denominan «siete segmentos». Otro día hablamos de ellos.