Un nombre inocente, ¿verdad? Las cookies forman parte indisoluble de nuestra existencia, aunque muchos seguimos prefiriendo las galletas de toda la vida ;-)
¿Qué es una cookie? Una «cookie» (galleta o tarta en inglés). [Actualización: esto no es del todo correcto…] no es más que un ficherito de texto que una página web puede almacenar en nuestro equipo. ¿Por qué? Pues empecemos diciendo que hasta hace unos años, la navegación era completamente estática: las páginas web mostraban información y el mayor grado de interactividad existente consistía en los clics del ratón sobre los hipervínculos… saltar de un documento a otro.
Con la popularización de Internet, las páginas web comenzaron a demandar más funcionalidad. Una parte de esa funcionalidad es la interactuación con el usuario: se mejoró el diseño, apareció la animación, el flash… Otra parte es el almacenamiento: muchas veces se hace necesario almacenar contraseñas, preferencias de visualización… Sobre esto último, el almacenamiento puede hacerse en dos sitios: en el servidor (donde está almacenada la web) o en el cliente (el que está viendo la web)
En el servidor se almacenan algunos datos críticos: nombres de usuario, contraseñas, datos personales, etc. Sin embargo, hay otros datos poco importantes que se almacenan en el cliente: el color elegido para el fondo de la web, la última búsqueda, si ya ha votado en tal o cual encuesta… este tipo de cosas. Ahora podemos preguntarnos: ¿por qué no en el servidor? Por que no parece óptimo que un servidor acumule gran cantidad de información sobre visitantes que quizá no regresen nunca… evidentemente, la solución a esto ha sido almacenar estos datos en el cliente. ¿Cómo? ¡Usando cookies! ¡Premio!
Con este panorama, y la creciente popularización de las cookies, pronto surgió una leyenda negra… imagine, ¡cualquier servidor puede escribir en nuestro ordenador! Sin embargo, hay que decir que estos ficheros apenas entrañan riesgos: estas galletas son texto plano e inofensivo. Sí que podría utilizarse en ciertas condiciones para ejecutar código en nuestro ordenador, pero esto es tan complicado (sobre todo si se usa Firefox) que no merece mucha consideración… (bueno, puedo dejarlo para otra entrega en modo experto)
De modo que, querido lector, puede dormir tranquilo: entre todas las posibilidades de intrusión de las que probablemente dispondría cualquier atacante, no figuran estas galletitas. Realmente existen muy pocos riesgos reales derivados de las cookies, y en cualquier caso, sólo representan un riesgo en su privacidad, nunca en la seguridad de su sistema.
Existe mucho software que permite gestionar y borrar las cookies. Los mismos navegadores lo permiten con relativa sencillez. Yo recomiendo el Norton Advanced Cleanup, que tiene esta pinta:
Espero haber aclarado algunos conceptos sobre estas sospechosas aunque honradas amigas que son las cookies :-) ¡Tenga una navegación segura!