La historia interminable

Ayer por fin terminé de votar por correo. Es la segunda vez que voto de esta forma, y hoy me estoy planteando seriamente si no habría perdido menos tiempo viajando a mi ciudad para depositar mi voto en persona. Viva la $%&#!! era de las comunicaciones.

Así que os voy a contar los trámites, por si alguno todavía se queja de tener que llevar su voto en persona… esto es pura eficiencia germánica.

  1. Recoger el formulario para la solicitud en una oficina de Correos. En sí, la solicitud sólo sirve para confirmar tus datos y recibir la documentación necesaria en tu domicilio, así que toca dar algunos viajes más…
  2. Rellenar el formulario (bastante críptico, por cierto) donde te preguntan datos de esos que no tienes por qué tener muy claros. Además es el típico modelo donde siempre te queda algún dato para rellenar, según te indica la de la ventanilla con su habitual destreza y amabilidad. Y eso que se ha simplificado respecto al de 2004.
  3. Rellenar un sobre y una hoja de envío normal para que llegue a tu oficina del censo, indicando los datos de la misma, y la solicitud del voto por correo. Enviar dicho sobre (también desde la oficina). Este año acerté y rellené los formularios en la oficina, así que me ahorré un viaje respecto al 2004. Además, si lo rellenas en Correos tienes derecho a disfrutar de la amable ayuda de los responsables, quienes te atenderán con su mejor sonrisa y la mayor de las dedicaciones.
  4. A los pocos días te llega por correo certificado urgente a tu domicilio un sobre con tu información del censo electoral autorizándote a votar por correo, así como las papeletas de voto, los sobres, etc. Tu kit-democracia, vamos.
  5. Una vez estás en posesión de tu kit-democracia, tienes que realizar el acto en la intimidad de tu domicilio. Me refiero al acto de votar. Es decir, seleccionar a qué indeseable vas a venderte, meter las papeletas en sus sobres… etc. Luego esas papeletas las introduces en un meta-sobre en el que adjuntas tus datos del censo, a mayor gloria de la confidencialidad, del voto secreto y de la madre que los parió.
  6. Por último, sólo te queda llevar dicho meta-sobre a la oficina de Correos en cuestión, donde otro amable empleado recogerá tu voto y se despedirá de ti con una amplia sonrisa y la educación a la que nos tienen acostumbrados.

Necesitas identificarte para solicitar la documentación y para que el cartero te entregue el kit-democracia. Sin embargo, una vez llevas tu voto a correos puedes enviarlo sin necesidad de mostrar el DNI, luego si pierdo o me roban el sobre por la calle o en casa, alguien puede cambiar las papeletas y votar por mí y nadie le pedirá ningún dato. Eso es un sistema seguro y lo demás son tonterías. Y rápido, también es rápido.

A ver quién tiene narices de hacer todo eso y votar en blanco xD

Que no panda el cúnico (nunca mejor dicho…)

Todo empezó una noche de primavera. Estaba yo solo en casa, con un portátil encima de la mesa con el Norton Antivirus caducado y por tanto en peligro que reclamaba mis cuidados. Me decidí a salir por un momento de mi universo Mac y ponerme a pensar cómo iba a manejar aquella situación: el ordenador necesitaba urgentemente un antivirus actualizado.

20040907panda.jpg

Tras buscar entre tarrinas, fundas y más fundas de cedeses, constaté lo inevitable: no tenía ni una sola copia actualizada de ningún antivirus. Vaya situación. En ese momento me acordé de un Panda Antivirus original que tenía guardado en algún lugar… para tranquilizarles, diré que me lo habían regalado en un curso sobre seguridad informática (gran paradoja…). Lo observé con desconfianza: había tenido problemas con el viejo Panda Platinum hacía unos años… Comencé a leer la información de la caja: «máxima protección», «impide el acceso de hackers», «lo instalas y te olvidas» (esto último resultó ser cierto, bellacos).

Con tanta frase, tanta característica interesante y tantos logotipos de «mejor producto del año», pensé que tal vez no sería tan malo como las anteriores versiones… vamos, que lo mismo se habían reformado. Los requisitos mínimos me animaron: Pentium 150 Mhz. Pensé que el Centrino podría de sobra con él, así que decidí instalarlo…

Que el autoarranque se bloqueara no fue un buen augurio, pero decidí continuar… finalmente, y tras una espera eterna, logré instalarlo, validando más tarde mi flamante licencia mediante un proceso bastante poco intuitivo… Pero ya tenía mi ordenador protegido. O eso pensaba.

El primer reinicio fue inusualmente lento. Pero era el primero, así que no le di importancia. Cinco minutos clavados tardó en iniciarse el Windows XP, cuando antes arrancaba en un par de minutos. No pasa nada. Cuando por fin pude abrir el panel de control del antivirus me encontré con una interfaz de las que odio: un montón de dibujos y de parafernalia tan bonita como lenta. Acceder a cada menú era una nueva aventura. Intenté tranquilizarme y tomar aire. Configuré las opciones como más me gustó, y empecé a descargar las actualizaciones.

En todo ese tiempo no logré utilizar el ordenador (256 de RAM, 1 GHz) para nada que no fuera el #@$ Panda. Al fin, la actualización terminó de bajarse. En ese momento, el antivirus me informa de que ha ocurrido un error y que debo reiniciar mi máquina. Ese detalle me indignó hasta los topes… ¿cómo puede un antivirus exigirme el reinicio del equipo por un error interno? ¿y si no puedo reiniciarlo? ¿así me protege el nuevo Panta Antivirus + Antispyware Titanium 2006?

Me resistí, pero al final tuve que claudicar. Reseteé el ordenador con cara de pocos amigos. Esta vez tardé 7 minutos en poder usar el ratón. Me estaba poniendo de color verde. La barra de tareas de Windows aparecía a la mitad, nunca había visto nada parecido. Sin duda el programa más lento y pesado que he visto en la vida. Un virus habría perjudicado menos el rendimiento de la máquina.

Así que, ciscándome en los muertos del tal panda, me dispuse a desinstalarlo. Error. Lo intenté de nuevo. Nada… En esa situación, la información del disco comenzaba a estar en cierto peligro… Por fortuna, pronto sería fulminado por las tropas imperiales :-P. Reinicié en modo «a prueba de fallos» como administrador. Tampoco podía. Borré los archivos por las bravas, limpié el registro. Reinicié el portátil, que tardo poco más de un minuto en arrancar, libre de sus cadenas de bambú.

Y así terminó mi breve e intenso coqueteo primaveral con Panda. Estoy pensando, según voy escribiendo esto, en instalarlo en mi Pentium I a ver si de verdad funciona, tal y como promete la publicidad… es intrigante… igual es tan lento que acaba tirando más rápido… creo que voy a probarlo :-P

He aprendido muchas cosas de esta aventura. La más importante es que Panda Software no ha sido todavía capaz de desarrollar algo decente, y posiblemente nunca lo hará. También me he planteado delicadas preguntas sobre los criterios que siguen las empresas para dar sus certificaciones. Por desgracia, todas mis conclusiones están llenas de palabras malsonantes e improperios diversos, así que me voy a morder la lengua antes de decir que me encantaría ver la cabeza de ese maldito panda separada del resto de su cuerpo.

Pero la publicidad no engañaba: «lo instalas y te olvidas». De volver a usar tu ordenador, se entiende.

Tirarse el rollo

rollo.jpgHay que ver cómo nos gusta en este país hacernos los modernos. Se lo digo porque recientemente se ha inaugurado en mi facultad una red inalámbrica para que todos podamos conectarnos con el portátil a gusto.

En el portal de los servicios informáticos se informaba puntualmente y se proporcionaban algunos detalles ténicos. El caso es que hoy leí la noticia en la web del gabinete de comunicación (que mira que es horrible), y no puedo resistirme a compartirla con ustedes. Empieza diciendo:

[la Universidad] ha puesto en marcha un ambicioso proyecto de incorporación de las nuevas tecnologías al proceso de aprendizaje universitario denominado “Wifi Lan?

Bueno, bueno, que es una red, en sí misma no sirve para mucho… si seguimos leyendo vemos:

Como complemento a la solución de acceso inalámbrico, basada en el fabricante Cisco Systems, se ha diseñado una robusta solución de seguridad perimetral, que proporciona a los usuarios de esta red un acceso seguro a las aplicaciones universitarias.

Ayer mismo, Dante me preguntaba bromeando si te van a pedir el carnet universitario en la calle para asegurarse de que no accedas sin permiso… ¡que envidia me dan los que viven cerquita de los edificios de la USAL! ¡Wifi gratis de por vida! :-P

El proyecto beneficia por un lado al profesorado que dispone de un nuevo concepto de enseñanza basado en la interactividad y, por otro lado, al alumnado que obtiene un acceso permanente a Internet y una herramienta que le permite recibir clases virtuales.

¿Clases virtuales? XDDD ¿pero esto quién lo ha escrito? Es lo más gracioso que he leído en mucho tiempo, claro, el Wifi va a traer la modernidad a nuestras aulas, ya me veo recibiendo clase de un cyborg vía wireless… «un nuevo concepto de enseñanza» anda venga, ya no cuela :-P

La red inalábrica nos traerá ventajas, como todo, y a mí me parece una buena idea. Pero no soporto la publicidad ridícula e hiperfuturista que hacen, sobre todo porque nos la prometieron para Enero y estamos en Mayo. Que no se engañen a sí mismos: es un avance, pero la tecnología en la USAL sigue llamando a la puerta: la web del servicio de publicaciones no se actualiza desde el 2000 (ver actualización). Esa es la verdadera universidad, y no la que nos quieren colar.

Actualización (Febrero de 2007): Informan en los comentarios de que la web del servicio de publicaciones ha sido remodelada por completo. En el artículo se hace referencia a que a fecha de Mayo de 2006, dicha web llevaba seis años sin actualizarse.

¡Por Tutatis!

Estaba antes un poco aburrido y me había decidido a jugar un poco con mi móvil. Voy al menú y me aparece ésto (es publicidad de un nuevo juego):

News
Vencer los Vikingos y Rescatar Justforkix son los objetivos de Asterix. Podras ayudarlo?

Me he quedado de piedra. El título en inglés parece inevitable. La frase «vencer los Vikingos» no tiene mucho sentido en castellano, pero seré yo que estoy anticuado. Luego viene la perla «Rescatar Justforkix», esa frase es correcta si se habla en Apache, estilo película del lejano Oeste. El podrás sin acento se daba por hecho. Una sóla interrogación también se veía venir.

A mí lo que más de duele de todo es lo de «Vencer a los Vikingos». ¿No podían ser los Romanos o los piratas aquellos? Si los vikingos no eran tan malos, no hay más que leer Asterix y los Normandos… ¿y qué %&#? es eso de «Justforkix»? Asterix es francés, mezclarlo con ese horrible nombre anglosajón es una ofensa para todo friki de estos fantásticos cómics… por cierto, que vaya mierda de nombre, ¿a quién se le habrá ocurrido?

Perdonen mi amargura, pero es que éstas cosas le pueden a uno. A quienes se pregunten por qué ya no escribo sobre informática directamente, tengo que pedirles que sean pacientes, el regreso de mi «retiro espiritual» está siendo un poco violento y tardaré en volver a coger el ritmo… pero será pronto :-)

Por mí puedes coger tu 5% y…

Es que le dan ganas a uno de bajarse del mundo en marcha. Es algo cotidiano, pero hasta ayer no reflexioné sobre ello con la calma suficiente. Andaba yo buscando el que considero el mejor libro sobre Java («Piensa en Java», de Bruce Eckel) de librería en librería… Ya no soporto hacer más fotocopias y como se trata de un manual bastante bueno, pensé que sería buena idea comprarlo.

Hacer que los libreros buscaran el ejemplar ya fue una aventura. De hecho, comprar un libro de informática siempre es una experiencia única, aunque la mejor fue cuando intenté comprar «El Proceso Unificado de desarrollo de software»… lo recuerdo porque terminé escribiendo el título en un papel y decía simplemente «quiero ésto». Por cierto, que al final no lo compré. Pirata y estafador que es uno.

Me encontraba, como digo, en la librería. Tenía entre mis manos el ejemplar en cuestión. Unas novecientas páginas de diversión. Y cincuenta y seis euros. Tela. Pero tranquilo, me digo, pregunta al librero, seguro que hay descuento. Así que me acerco cruzando los dedos al mostrador, y pregunto con educación si lo de ser universitario se nota en el precio. Claro, responde el de gafas sonriendo, en plan generoso abuelete. Te hacemos el 5% por ser estudiante.

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Un cálculo rápido me confirma lo peor. Mi mente trabaja (tampoco mucho, no crean) y arroja el resultado 56 x 0,05 = 3 mas o menos. O sea, 53 con el descuento, oh cielos. Entonces empecé a pensar qué narices significa ese descuento por ser estudiante… Así que allí estaba yo, de piedra, en la librería, pensando en qué iba a invertir los casi tres euros (¡uf!) que la Providencia me regalaba por ser estudiante. Pronto comprendí que en nada. Había otro manual que me interesaba. Setenta y cinco de los nuevos euros. Eso sí, con descuento.Claro, luego somos nosotros los niñatosmalcriados que fotocopiamos libros sin piedad, pasándonos por el forro los derechos de autor (y de los que no son autores de nada pero trincan de lo lindo). ¿Para qué quiero ahorrarme ni 3€ una vez que me estoy gastando 56€? Al fin y al cabo son libros, ¿no hay dinero para que podamos comprar bibliografía?

Al final me compré el libro de marras. Con el 5%. Eso son descuentos para la comunidad universitaria y lo demás es tocarse las narices… Tenía que escribirlo. Cinco. Por el…