Un furgón blindado

Una buena síntesis…

Usar criptografía en Internet es el equivalente de contratar un furgón blindado para enviar información desde alguien que vive en una caja de cartones a alguien que vive en el banco de un parque.

Eugene Spafford, «Quotes concerning Computers and Internet»

Nosoloparada

De vez en cuando los servidores web, esos ordenadores potentísimos e increíbles que hacen que esta y otras páginas estén siempre disponibles, también deben apagarse. Ayer, por lo visto, hubo una parada destinada a cambiar el servidor a una nueva sala.

Para evitar estos cortes en el servicio, algunos equipos destinados a tareas críticas, como los que controlan las redes de telefonía, están duplicados para que un clon siga funcionando mientras dura el mantenimiento del otro. Incluso en algunas centrales nucleares todo el cableado está duplicado para permitir las comunicaciones aunque una línea se corte… (será que no conocen el Wi-Fi :-P). Evidentemente no parece ser nuestro caso, por lo que anoche Nosololinux.com permaneció miserablemente caído durante unas cuantas horas.

De todas formas se lo han currado al proceder a la desconexión en la madrugada del sábado al domingo, que es el momento de la semana con menor actividad… desde luego son más considerados que los Servicios Informáticos de la USAL, que cortan la red a las cuatro de la tarde los días laborables…

Ikealigencia Artificial

Hoy estoy feliz de la vida porque me ha llegado un correo bastante divertido con una cosilla que no conocía (y que por lo que me han dicho tiene ya unos meses…). Bien, resulta que los de Ikea han creado una especie de empleada virtual que te ayuda a moverte por su sitio web (para entendernos, es la versión moderna y usable del Clippo ese que todos odiamos).

Bien, que yo sepa está disponible al menos en esta web. Hay que seleccionar «Pregúntale a Anna» abajo a la derecha. Es un recuadrito con esta pinta:

Vamos, pregúntame, no seas tímido
Se abre una ventana donde podremos preguntarle lo que queramos: «¿cómo comprar un sofá?» y cosas así. Lo que pasa es que muchos han aprovechado para someterla a un «Test de Turing» (llamémoslo así xD) algo particular.

Yo empecé por cosas más o menos normales, como preguntarle el nombre y similares. También puedes presentarte. En general se defiende bastante bien, aunque lo mejor es, siguiendo los consejos del correo que recibí, pasar directamente al rock duro y escribirle cosas como «¿Te apetece tomar una copa?» (impresionante respuesta), «Me gustas», «Te quiero», «Sácate un pecho», «Que ojos más bonitos», «Fea», «Vaya culo», «Echar un polvo» (ésta es el mejor sin duda) y otras frases igualmente progresistas y consideradas. Tampoco hay que cortarse, al fin y al cabo es un programa…

Les recomiendo que hagan el experimento, la verdad es que es bastante curioso. Investigando un poco por mi cuenta descubrí que también responde a preguntas como «¿Quién te programó?», la particular huella de sus creadores.

Relacionado | El test de Turing (con comentarios sobre un software similar a Anna, el Doctor Abuse)

E-learning: aprender por Internet (y II)

Nota: Este artículo es continuación de este otro.

El e-learning supone una revolución en muchos aspectos. Posiblemente la más importante es esa inversión de los papeles tradicionales que comentaba en la entrega anterior, y que tantos beneficios ha tenido. En realidad, si uno lo piensa, no se trata de una gran revolución tanto como de un regreso a un esquema de enseñanza muy antiguo, basado en un profesor y unos alumnos muy activos e implicados, donde el docente era más un “mentor? que un funcionario gris que da clases para asegurarse un sueldo.

En la formación on-line la metodología es bien distinta. Generalmente la comunidad educativa conforma una comunidad en Internet en la que, a través de una plataforma determinada, el profesor lleva a cabo su objetivo de capacitar a sus alumnos. Esta capacitación suele desarrollarse en varias fases. En primer lugar, lo normal es que el docente deje a disposición de sus alumnos diverso material para su estudio y elaboración. Lo segundo suele ser plantear ejercicios que se realizan, generalmente, en el foro público de la comunidad. También tendrán lugar debates que el profesor planteará, se supone que con algún tipo de pregunta provocativa o afirmación dudosa. Tras la discusión de los alumnos, el profesor realizará las correcciones pertinentes.

Si los alumnos responden y se implican (lo cual sucederá en la mayor parte de las ocasiones), el proceso habrá sido un éxito. Como tareas complementarias, a veces se plantean test o el envío de prácticas. Todo ello a través de Internet, con las ventajas que conlleva.

Curiosamente, muchas personas ponen en duda la efectividad de este esquema recurriendo al argumento de que la vía ideal para educar es la presencial. Y yo les preguntaría: ¿que un alumno se duerma en clase es educación presencial? ¿que un profesor aburra a su audiencia durante una o varias horas es educación presencial? ¿estamos más presentes a las ocho de la mañana en un aula fría o una tarde frente al ordenador? En el e-learning, quizá lo más importarte es que el alumno tiene que dar un paso adelante para aprender: necesita reservar un momento, acceder a la plataforma, y allí, aprenderá. Pero el impulso nacerá, necesariamente de él, con lo cual tendrá una mejor disposición. Igual el alumno está más atento durante media hora después de cenar que a primera hora de la mañana, y aprovecha mucho mejor ese rato que una mañana de clase sin descanso. Claro que puede resultar que otro alumno prefiera otro horario. En ese caso tampoco hay problema, este esquema educativo se adapta como un guante a los ritmos y costumbres de las personas.

El esquema de educación actual está tan perjudicado por un mal que lo invade todo: el desinterés. Unido a la pasividad del profesorado o a la falta de curiosidad de los alumnos ha provocado que la enseñanza actualmente pueda llegar a significar una clase de una persona a la que sus alumnos no le importan absolutamente nada y unos alumnos que lo quieren todo hecho y no desean esforzarse.

Por supuesto hay excepciones: existen todavía fantásticos profesionales con gran vocación capaces de encender la llama de la curiosidad en el alumnado y satisfacerla con sus conocimientos. Otros, sin llegar a estos extremos, no lo hacen nada mal. Pero otros son verdaderamente inútiles.

El e-learning no se libra de estos males: muchos profesores se demuestran absolutamente inútiles a la hora de interactuar con sus alumnos por medios no convencionales. Otros carecen del compromiso y del interés suficiente como para ofrecer temas y debates interesantes. Otros sencillamente no han entendido lo que implica la formación on-line. Estos últimos son mayoría.

Tampoco esto es el fin del mundo. La formación on-line tiene, como la presencial, muy diversos problemas. Quizá el más importante es que requiere de un grado significativo de madurez por parte del alumno y del profesorado, por lo que suponemos que quedará relegado casi permanentemente a la educación superior.

No obstante, se trata de una apuesta innovadora e interesante, especialmente para las empresas o sus trabajadores, que debe ser tenida muy en cuenta en los próximos tiempos. Y como tantas buenas ideas, merece ser divulgada. En ello estamos :-)

E-learning: aprender por Internet (I)

Desde sus orígenes hasta el día de hoy, el concepto de educación ha variado muy poco. Tal vez demasiado poco. En esencia, se sigue haciendo lo mismo que hace varios siglos. Un profesor llega, los alumnos esperan. El profesor explica, los alumnos se esfuerzan por entender su explicación; y se supone que normalmente habrán de hacerlo.

Este esquema, aunque ciertamente venerable y repleto de bondades, resulta en ocasiones un fracaso. No es este el lugar para reflexionar sobre la educación en sí, pero los lectores estarán de acuerdo que la enseñanza puede tener un reverso tenebroso bastante complejo. No todo son profesores atentos y altamente cualificados… muchos profesionales de la educación no logran hacer llegar el conocimiento a sus alumnos, y esta es una situación condenada a perpetuarse. La educación convencional no es un paraíso: no es perfecta. Y partiendo de este hecho, vamos a poder aproximarnos a otras alternativas con la mente más abierta.

La alternativa más seria en la formación convencional que tenemos a día de hoy consiste en la educación a distancia, que demuestra tener resultados razonablemente bueno a pesar de haber prescindido del modelo educativo tradicional. Por otro lado, la educación a distancia requiere de comunicación a distancia, y nos encontramos inmersos en la era de la intercomunicación. Podemos pensar entonces en la tecnología como medio para llevar a cabo la educación a distancia más pura, que es el modelo utilizado, por ejemplo, por la UNED.

De hecho, desde hace unos años se apuesta por la tecnología como motor conductor de este tipo de formación, hasta ahora basado en libros y material que los alumnos compraban y en trabajos que remitían periódicamente por correo postal a su profesor. Este esquema resultaba muy caro y bastante lento, y los ordenadores permitieron en un primer momento hacerlo más accesible.

Sin embargo, el papel de Internet y la tecnología en la formación no acaba aquí: de manera paralela a su creciente utilización en el ámbito formativo, fueron incrementándose las alternativas disponibles en la interacción entre profesores y alumnos.

En principio, todo el uso que se dio de Internet en un entorno educativo estuvo reducido a páginas que servían como almacén de temas, cuestionarios, enlaces, bibliografía… en un papel de mero sustituto del papel. Sin embargo, hubo un momento en que a alguien se le ocurrió que además podía proporcionar un foro y un chat a sus alumnos y fomentar así una interacción más directa. Para animar el foro, decidió incluir algunos mensajes animando a sus alumnos a dar su punto de vista sobre la asignatura. Los alumnos respondieron y se generó un debate fantástico.

Posiblemente, sin saberlo, acabada de tener un gesto revolucionario al invertir los papeles y salir al encuentro de sus alumnos: ya no eran ellos quienes acudían desmotivados a clase a dormir: ahora tenían algo que decir, y sentían que sus conocimientos podían resultarles útiles. Con el tiempo, los alumnos estaban absolutamente enganchados al foro, y muchos se habían hecho amigos. La experiencia había sido un éxito.

Había nacido el e-learning.

El enigma Hasefroch

Se trata de uno de los fenómenos más intrigantes de Internet (y ya es decir…). Pruebe a entrar en hasefroch.com. En efecto, es igualita a microsoft.com, de hecho es la misma. Historias para no dormir.

Sin embargo, el dominio hasefroch.com no pertenece a Microsoft, y es fácil comprobarlo con un whois:

captura.jpg

Que en texto claro viene a decirnos:

Domain Name: HASEFROCH.COM
Registrar: INTERCOSMOS MEDIA GROUP, INC. D/B/A DIRECTNIC.COM
Whois Server: whois.directnic.com
Referral URL: http://www.directnic.com
Name Server: NS2.ZONEEDIT.COM
Name Server: NS3.ZONEEDIT.COM
Status: REGISTRAR-LOCK
Updated Date: 02-mar-2006
Creation Date: 12-mar-2003
Expiration Date: 12-mar-2008

Ahora bien… ¿qué motivación lleva a alguien (quien sea) a comprar un dominio y redirigirlo a microsoft.com? Pues supongo que la explicación es sencilla: hacer la gracia. ¿Qué gracia? Pues se la explico:

El origen de este fenómeno es cuanto menos curioso y poco conocido: por si no lo saben, el neologismo Hasefroch se viene utilizando desde hace unos años en el mundo linuxero para referirse a los sistemas MS Windows (aunque no de una manera muy generalizada).

Siempre me ha parecido algo muy intrigante. De hecho, hace un tiempo, al buscar Hasefroch en la Wikipedia, aparecía el artículo de Windows, con lo cual resultaba aún más extraño… actualmente tiene su propia entrada, así que todo queda más claro.

Pero ¿por qué Hasefroch? El término es de acuñación española. Sí, ya sé que suena aun más extravagante que todo lo anterior, pero fue un usuario de BULMA apodado MKD, quien empezó a utilizarlo a consecuencia de una apuesta con otro usuario de nombre C2H5OH. En palabras de este último, todo empezó así:

Fue idea de mkd. Hace varios meses él y yo hicimos una apuesta a que por cada vez que se pronunciara tanto el nombre de M$ como alguno de sus productos se debería pagar una cerveza.

[…] pensamos en utilizar alternativas que fueran sonoramente diferentes y que, incluso, sonaran a chiste. Dado que mkd es muy bueno inventando palabras exóticas pues de él viene lo de «Hasefroch» (que la primera H se pronuncia igual que la de «Hello» y el resto tal cual se lee).

Esta es la explicación de C2H5OH, (Por cierto, ¿saben qué compuesto químico representa su nombre?), y la verdad es que la expresión ha corrido como la pólvora (tanto que hasta tiene página en la wikipedia inglesa…).

Qué mundo éste…

La web 2.0

¿Se acuerda de cómo era la web hace dos o tres años? Probablemente no se parecía mucho a como es ahora, y de hecho la misma existencia de este blog es una prueba de ello… las cosas han cambiado mucho en poco tiempo.

treeshadow.jpgHace solo unos años las bitácoras no existían: sólo cuatro informáticos colgados teníamos páginas personales, la mayoría programadas en HTML puro y duro (sobre todo duro). Incluso recuerdo que llegué a utilizar el MS FrontPage Express… qué tiempos aciagos :-P. De hecho, durante mucho tiempo, la web consistió sólo en páginas absolutamente estáticas: simples documentos enlazados unos con otros. A eso es a lo que ahora denominamos como Web 1.0.

Con el tiempo, aparecieron los grandes portales: estas páginas necesitaban algo más: foros, chats, algo de interactividad. Estas nuevas necesidades nos trajeron el JavaScript y el Java, con lo que Internet se convirtió en una herramienta mucho más potente e interesante. Una buena parte de estas empresas se hundieron (el famoso fracaso de las “punto com?), pero nos dejaron importantes avances. A estos avances los hemos denominado después como Web 1.5 (qué imaginación).

Sin embargo hubo un momento en que la web marcó un gigantesco punto de inflexión, que sólo hemos sido capaces de apreciar cuando han transcurrido ya unos años… hemos sido partícipes de un renacimiento web, con nuevas ideas y nuevas tecnologías, en su mayoría orientadas a una visión social y participativa de Internet, basada cada vez más en contenidos y no en tecnologías.

Todo esto es muy abstracto, y seguro que más de uno está deseando leer ejemplos. Bien, pues está leyendo uno: no he necesitado aplicar una enorme cantidad de conocimientos para crear este blog y mantenerlo. De hecho, muchas personas tienen uno y no tienen ni idea de informática. Por otro lado tenemos la Wikipedia, como buque insignia del fenómeno wiki, que es otro buen ejemplo de esta nueva filosofía.

Algunas ideas…

Desde mi punto de vista, una de las novedades más interesantes que nos ha traído la web 2.0 es la sindicación. Esto podemos verlo como una simple comodidad, pero representa mucho más: la independencia entre el contenido y el contexto: usted mismo puede estar leyendo esto en una página web como Bloglines, en su navegador web, en su cliente de correo o en un agregador cualquiera para RSS o Atom.

Otro punto novedoso son los llamados servicios web. Para entendernos, consisten en que un equipo ofrece un servicio a la comunidad, de manera que los ordenadores que quieran hacer uso de él no tienen más que conectarse al primero. Por ejemplo, imagine un servidor, conectado a Internet, que mantiene una lista con la programación de la televisión. Podríamos diseñar un programa que obtuviera esta información y la mostrara en nuestra pantalla. Precisamente tengo un widget en el Mac que se conecta a un servidor de este tipo y me descarga la programación actualizada. Si no entiende muy bien cómo puede ser esto posible, puede revisar el artículo sobre los protocolos.

Resumiendo, y por dejar sentada alguna idea, la web 2.0 es algo que no sabemos muy bien cómo definir con precisión pero que sabemos que está ahí. La idea central de todo esto es la modularidad: la separación entre servicios, entre contenido y contexto… construyámoslo todo en piezas pequeñas bien conectadas para poder intercambiarlas y compartirlas con facilidad. La vida es un Lego.

El protocolo Patata Caliente

patata.jpgA petición popular, voy a explicar cómo nos las arreglamos para diseñar un protocolo que permitiera jugar a la patata caliente por Internet. Normalmente los servicios que se ofrecen en Internet (Web, email, noticias, telefonía, intercambio de ficheros…) están soportados por protocolos específicos diseñados a tal efecto. Así, por ejemplo, el servicio web es soportado por el protocolo HTTP, y el de intercambio de ficheros por el protocolo FTP.

Todos podemos ofrecer un servicio en Internet: sólo necesitamos un servidor que permita la ejecución de tal servicio. Por ejemplo, yo puedo crear un servicio que sume dos números. Creo un programa que «escuche» en la línea telefónica de mi ordenador peticiones de realizar una suma. Cuando recibe una, la procesa y devuelve al equipo que envió la petición y los números, la suma de ambos. Todo esto puede sonar complicado, pero en realidad es muy sencillo. De ahí su éxito. De hecho, la red Internet como cableado e infraestructura es solo eso: un esqueleto. Los músculos son los servicios.

Una vez que tenemos un servidor ofreciendo una funcionalidad, necesitamos un cliente. En el programa que suma dos números, el cliente enviaría al servidor un saludo y los dos números, y quedaría a la espera del resultado. Éste esquema es el más utilizado en la teleinformática, y se denomina «modelo cliente-servidor» por razones obvias.

Cuando se nos planteó el desafío de crear un servicio «Patata Caliente» nos asustamos un poco, pero luego vimos que en realidad es algo muy simple. Hicimos un programa en lenguaje C del que no puedo dar código ni detalles hasta que mi compañero de prácticas realice la defensa en el mes de julio, para evitar que alguien presente un código equivalente y le suspendan…

Esencialmente, el programa se pone a la escucha de las peticiones que entren por un puerto concreto. Cuando le llega un «Hola» se pone a trabajar, enviando una pregunta. Un ejemplo de pregunta es «¿Cuándo mide el Everest?». La pregunta llega al cliente, que queda a la espera de que el usuario escriba la respuesta. Cuando se teclea un número, el cliente envía la respuesta dada por el usuario al servidor. El servidor la compara con la solución, y según sea mayor, menos o igual que la respuesta que proporcionó el usuario, responde. También decrementa el número de intentos y lo envía de vuelta.

El programa cliente recibe si el dato que el usuario proporcionó es la solución. En ese caso, presenta un mensaje de enhorabuena. En otro, indica si la respuesta es mayor o menor a la última dada. Comprueba asimismo que el usuario se encuentre dentro del número de intentos permitido.

El esquema es sencillo: el cliente se encarga interactuar con el usuario, como lo hace con nosotros el Firefox. Envía las respuestas de éste al servidor, quien se encarga de procesarlas adecuadamente, como hace un servidor web cuando el navegador solicita una web.

Espero haber aclarado algo. Tal vez esta información sólo sirva a quienes tengan algo más de experiencia en informática, pero siempre está bien tener una idea, al menos aproximada, de cómo funcionan las cosas.

Protocolos y otras bestias

¿Qué es un protocolo? ¿Qué pinta ese «http» en la barra del navegador? En la sociedad identificamos ésta palabra con un conjunto de normas o convenciones que usamos al relacionarnos con otros. En cierto sentido, el protocolo es necesario a todos los niveles, por cuanto nos proporciona una seguridad, una forma de «hacer las cosas» que sabemos que está aceptada por el resto.

En informática también hay protocolos. Al igual que no es lo mismo cenar con el Rey que tomar un café con el embajador de Francia, no es lo mismo ver una página que enviar un correo electrónico.

Hemos dicho que podemos necesitar de un protocolo al relacionarnos con otras personas (en un contexto más o menos formal). De la misma forma, cuando a través de nuestro ordenador nos relacionamos con otras máquinas, vamos a necesitar de un protocolo: una serie de normas convencionales que rijan los parámetros de nuestra comunicación.

Muchas de las tareas que realizamos diariamente requieren la comunicación de nuestra máquina con un equipo remoto. La más frecuente consiste en ver una página web. Para ello, nuestro navegador de Internet pide al servidor (www.google.com, por ejemplo) que le envíe una página en concreto alojada en ese dominio. El servidor asiente y envía la página, y a su vez nuestro navegador la recibe y la presenta en pantalla. Toda esta comunicación tiene lugar a través del cable que nos une con Internet, aunque en vez de consistir en una secuencia desordenada de bits, está dirigida por las normas del protocolo que utlicemos.

Todos los clientes (por ejemplo el navegador) y los servidores (por ejemplo, los de páginas web) utilizan el mismo protocolo para entenderse. Estas normas se aplican en todos los servicios de Internet. Así, existe un protocolo que define cómo tiene que ser la comunicación para que un navegador solicite una página web. Este protocolo se denomina HTTP (HyperText Transfer Protocol, o Protocolo de Transferencia de Hipertexto). También existe un protocolo que define cómo tiene que ser la comunicación para descargar correo electrónico, o un protocolo que concreta la comunicación en la transferencia de ficheros entre equipos (FTP, File Transfer Protocol, o Protocolo de Transferencia de Ficheros)

Hay un montón de protocolos, muchos más de los que puede imaginar. Una práctica de la asignatura de Redes fue diseñar un protocolo de comunicación entre un cliente y un servidor para jugar a «la patata caliente». Muy entretenido, aunque sufrimos lo nuestro. Si no sabe muy bien qué va a hacer con estos nuevos conocimientos, espere nuevas entregas :-P

¿Es Internet una base de datos?

¿Se puede considerar Internet como la mayor base de datos que existe en la actualidad? Es una pregunta complicada, pero vamos a contestarla. Vayamos por partes… La primera cuestión es si consideramos o no Internet como una base de datos. Si efectivamente lo hacemos, es sin duda la mayor base de datos que existe en el mundo…

¿Qué es una base de datos? Sin más, es una colección de datos almacenados de forma sistemática. Actualmente, la aplastante mayoría de las bases de datos son electrónicas, debido fundamentalmente a las facilidades que proporciona la informática en el tratamiento de datos (tenemos que recordar que el primer computador de la era moderna fue desarrollado para realizar el censo de los EEUU).

globo.jpg

A la hora de incorporar datos a una recopilación, ésto puede hacerse de muchas maneras. Es decir, para almacenar información necesitamos un «esqueleto», un método que nos diga cómo organizarlo todo. Siendo técnicos, a ésto lo llamamos «modelo de datos».

Hay bases de datos que siguen una organización jerárquica, como formando un árbol. Otras tienen una estructura más dinámica y caótica, y se organizan en forma de red. El modelo que usan la mayoría de las bases de datos es el modelo relacional. De ahí que tal vez le suene haber leído «base de datos relacional». Hay, como digo, muchos tipos de organizaciones, y con probabilidad, irán apareciendo nuevos «paradigmas» con el paso del tiempo. Éstas organizaciones son formas que tenemos de hacer la información clasificable y relacionable automáticamente, no tienen otra utilidad que esa.

Sin embargo, Internet no parece seguir una estructura definida, es más bien una gigantesca maraña desorganizada de información. Según eso, y aceptando la definición de base de datos como recopilación de información estructurada, no se puede decir que Internet sea una base de datos. No obstante, tenemos que abrir un poco la mente y para pensar que no todo lo que no obedece unas normas debe ser sistemáticamente menospreciado: los formalismos están bien para ciertas cosas, pero tarde o temprano se nos terminan quedando pequeños.

Así, cuando se definió el modelo entidad-relación (MER) se pensaba que era la tecnología definitiva. Tuvo que llegar Codd y proponer un modelo relacional (MR) muy consistente para que el MER cayera en desuso… y de igual modo, el paradigma de bases de datos orientadas a objetos (OODB o BDOO) amenaza con destruir el MR… Cómo nos gustan las siglas a los informáticos ¿eh?

Desde mi punto de vista, el concepto base de datos es útil en cuanto hace referencia a una recopilación de datos que permite su manipulación, y no en cuanto expresa un conjunto de datos expresados de acuerdo a ciertos formalismos. Con la popularización de la web, y la generalización del uso de los buscadores queda evidenciado que podemos acceder a datos sin que éstos presenten una estructura formalizada, es decir, un «modelo».

Según un estudio de hace unos años, se calcula que el 80% de los datos que las compañías almacenan se encuentran en forma no estructurada (por ejemplo, en vez de estar en la base de datos se encuentran escritos en un fichero de texto). Lo mismo pasa en la web, donde la estructura brilla por su ausencia. Sin embargo, conocemos herramientas que permiten recuperar información de fuentes no estructuradas basándose en palabras clave y otras técnicas. Y cualquier buscador nos permite obtener información sobre millones de fuentes en pocos segundos, mientras que una consulta a una base de datos relacional de tamaño medio puede llevar cierto tiempo si han de cruzarse datos de tablas.

Ésto no quiere decir que deban dejar de utilizarse las bases de datos convencionales, pero hay que tener en cuenta que muchas formas de almacenar la información sin estructura y recuperarla, eran irreales hace unos años y hoy día son completamente viables. Google Desktop Search nos permite indizar (o «indexar», depende de gustos) archivos de nuestro ordenador y hacer búsquedas casi instantáneas, al igual que en la web. ¿Para qué necesitaría entonces formalizar mis datos en una base relacional?

Podemos ver a una base de datos como una «caja» a la que introducimos una consulta y nos devuelve un resultado. Lo mismo podemos hacer en Internet, aunque eso sí, con mecanismos un tanto diferentes. Pero al final el resultado es muy similar: las dos cajas negras nos devuelven la información que queremos.

Si somos estrictos, Internet no puede considerarse una base de datos. Sin embargo, podemos recuperar información relevante de la red en muy poco tiempo y sin demasiado esfuerzo, que es el objetivo que persiguieron los primeros formalismos para bases de datos. Si la web permite almacenar datos y recuperarlos con ciertos mecanismos fiables, ¿por qué no se le puede considerar una base de datos? ¿qué buscamos con una base de datos que nos proporcione Internet?

Desde mi óptica, podemos entender Internet como una enorme entidad capaz de almacenar un conocimiento incuantificable. Si nos vemos desde fuera, esa enorme maraña de cables y equipos es una verdadera red de neuronas que mantiene milagrosamente vivo un conocimiento inabarcable. No nos preguntemos ¿qué es una base de datos? sino ¿para qué nos sirve a los humanos una base de datos? y veremos que no existen motivos que nos impidan otorgar ésta consideración al invento más influyente de los últimos tiempos.