El otro día asistí atónito a una escena de Operación Swordfish en televisión, y me acordé de algo que leí hace un montón de años en la revista @RROBA, que en tiempos era una publicación sobre seguridad bastante interesante. No tengo ni idea de cómo habrá evolucionado –pero creo que lo intuyo–.
A lo que iba. El artículo en cuestión, de Paul Brown, se titula «La ignorancia es la fuerza«, y se refiere al desconocimiento generalizado de la tecnología. Hoy lo recupero para publicar aquí una parte que me parece especialmente delirante.
[…] Una de mis áreas favoritas de estudio a este respecto son las películas de hackers que nunca cesan de asombrarme.
Tomemos el caso de La Red. En la cual, a pesar de su título, casi nada de lo interesante de la acción ocurre en la red del título. Asimismo aprendemos que los virus tienen un interesante interfaz gráfico. La pregunta del millón es ¿Cuándo aprenderán los señores guionistas que el momento más terrorífico con el que se enfrenta un usuario es cuando se enciende el ordenador y la pantalla… se queda en blanco? Vamos, que no hay nada peor, bueno si, tal vez enfrentarse a un escueto mensaje en el que se nos informa que el disco duro C: no contiene sistema operativo alguno, que por favor insertemos el disco de arranque.
En Operación Swordfish el espectador atónito asiste a la increíble proeza del hacker que consigue reventar el algoritmo RC5 de 128 bits de la RSA en 45 segundos mientras se le realiza una felación y se le apunta con una pistola a la sien. esto es una de las cosas que no se recomiendan intentarlo en casa… a no ser que se disponga de un cluster de varios centenares de superordenadores, te sobren cuatro o cinco meses para que se pongan a ello y puedas controlarte todo ese tiempo.
Sin embargo, mi película de hackers gilipollas favorita (la película, no los hackers; bueno, eso es también) es sin duda y precisamente, Hackers donde se pueden escuchar las inmortales líneas:
Kate: es demasiado máquina para ti.
Dade: tiene una velocidad de refresco alucinante.
Kate: Chip P6. Tres veces la velocidad de un Pentium
Dade: sí. Pero no es sólo el chip, tiene un bus PCI. Pero eso ya lo sabías.
Kate: efectivamente. La arquitectura RISC lo va a cambiar todo.
Dade: si. RISC está bien.
Si alguien alguna vez confundió el tocino con la velocidad, ése fue el guionista de Hackers. Es como si para investigar el asunto se acercó a la sección técnica de la biblioteca pública de su barrio y le echo un vistazo a los lomos de unos cuantos tomos:
Guionista: [silbeando a medida que lee con el dedo]
«In-tro-du-cción-a-la-Ar-qui-tec-tu-ra-RISC. Mola, este me vale.
Im-ple-men-ta-ción-del-bus-PCI. Este también. Ya he acabao».
El problema más común de los que escriben y dirigen en Olibú es que, aparte de no tener ni puta idea de nada, la tienen mucho menos de ordenadores y de hackers, lo cual da pie a no pocas mezclas de churras con merinas.